Estrenaba el apartado de opinión del primer Boletín con un canto a trabajar por la excelencia y vencer las dificultades, después de 100 semanas que me han pasado volando, como directiva, quiero agradecer y felicitar a todos los que habéis intervenido en el contenido y confección del Boletín que hemos recibido puntualmente.

En este número especial, me apetece hablar de algo distinto, de lo que sentimos y de lo que percibimos. Os preguntaréis por qué, porque cuando leo los Boletines lo que más me gusta es lo que contamos en primera persona, lo que transmitimos desde el corazón.

Cuando mejor me siento es cuando puedo ser yo misma alrededor de otra gente. Me siento segura cuando confío en la gente con la que estoy y en el sitio donde me encuentro, así me gusta sentir y percibir Aspanias, así me gustaría que todos los que formamos parte de esta gran familia pudiéramos sentirlo y percibirlo.

Poner nosotros por encima del yo, querer a las personas como son, saber escuchar para captar sin juzgar, ¡uff! cómo cuesta, y ¿a quién no le gustaría tener a gente así a su lado? Somos un espejo donde recibimos lo que proyectamos, pensad que al final tenemos lo que nos merecemos.

La actualidad y el estar al día de lo que sucede a nuestro alrededor me hace aprender y a la vez, reflexionar en cómo aplicar lo aprendido y mejorar lo que pueda, leo el Boletín… y otras cosas. Así, he podido conocer un libro basado en un estudio que hace feliz a la gente “la felicidad de las pequeñas cosas” y saber lo que es la práctica de Mindfulness, donde se practica se obtienen muy buenos resultados y sé que tenemos a personas formándose. Estamos en constante cambio porque nuestro entorno nos lo exige, conozcamos lo que se hace y apoyemos lo que podamos.

Comunicar es un proceso de ida y vuelta. Por eso saber lo que los lectores de este Boletín piensan ayuda a centrarnos en lo que realmente nos interesa. Son muchas cosas y personas las que han salido y son muchas cosas y personas las que quedan por salir.

Os invito a tener acciones comprometidas, porque la acción de cada uno de nosotros hará que lleguemos a dónde queremos ir, idea muy bien reflejada en el libro “el hombre que plantaba árboles”, una parábola sobre la capacidad humana para alcanzar cualquier objetivo que se plantee.

Quiero acabar con dos deseos para este Boletín: si tenemos una buena herramienta de comunicación, consigamos que llegue a todos y sigamos con nuevas opiniones, comunicando lo que sentimos y lo que necesitamos saber.