A la red de asociaciones con las que normalmente trabaja o colabora Aspanias se ha sumado una nueva: ADACEBUR. Con ella se está promocionando una obra de teatro para recaudar fondos, aunque se espera que esta actividad sea tan solo la primera toma de contacto de una relación duradera. Con esta excusa, aprovechamos para charlar con Montserrat Iglesias, miembro de la Junta Directiva, para que nos cuente qué labor realiza esta organización, que opera en Burgos y que ayuda a personas con Daño Cerebral Adquirido.

¿Cómo surge ADACEBUR?

Nace de la reunión de dos o tres familias que acuerdan hacer una asociación para dar cobertura a los afectados con daño cerebral adquirido, ya que notan una carencia de servicios para estas personas. Esta enfermedad es provocada por una causa externa, bien un ictus, un tumor cerebral o un accidente de tráfico. Una vez que salías del hospital no tenías dónde ir, no había nada en Burgos, por lo que deciden poner en marcha esta organización.

Estamos hablando de 2006, justo antes de la crisis, ¿ha sido duro el camino hasta llegar donde estáis hoy?

La verdad es que ha sido difícil. Al principio comenzamos a contactar con profesionales, pero fue complicado darnos a conocer en la ciudad. Después, cuando la gente supo que podía recurrir a nosotros, fue más fácil. Empezamos a recibir subvenciones y a realizar actividades para recaudar fondos con el objetivo de que las terapias no fueran una carga pesada para los usuarios. Tenemos que seguir en esa línea.

¿Qué servicios prestáis ahora?

Somos una organización pequeñita, por lo que para nosotros ya es importante contar con dos profesionales en plantilla. Además, tenemos una serie de autónomos que también nos ayudan a dar los servicios a nuestros usuarios. Primero se hace una evaluación del daño y se personaliza un plan para cada persona. Proporcionamos rehabilitación a nivel físico y neurológico, logopedias, diferentes terapias… La progresión que ves en los pacientes es increíble. Nosotros no tenemos centro de día, pero si una persona necesita una ayuda más intensiva, se le deriva a Madrid.

¿Cuál es el perfil de las personas que atendéis?

El promedio es de 40 años, pero al producirse el daño en algunos casos por accidentes de tráfico, también hay gente joven. Además, hay diferentes grados de gravedad dentro de los afectados, ya que pueden sufrir desde una parálisis de un brazo hasta una afasia.

¿Qué dificultades afrontan las familias?

Creo, y hablo por experiencia propia, que la aceptación es de lo más difícil, el hecho de ser consciente de que tienes una vida distinta. En ese sentido, creo que el apoyo de los profesionales es lo más importante, como lo será también en Aspanias.

Hablando de Aspanias, ¿tenéis pensado seguir la colaboración tras esta primera toma de contacto?

Es nuestra primera colaboración y nosotros estamos dispuestos a ayudar en lo que sea. Creo que siempre es positivo colaborar con otras asociaciones. Estaremos en contacto.

¿Qué retos tiene ADACEBUR para el futuro?

Ahora mismo somos 70 socios y atendemos a 50 personas. El objetivo principal es aumentar el número de socios y llegar a más gente. También estamos intentando que nos faciliten transporte y tener un local más amplio para que las terapias no tengan que hacerse fuera. Nuestra idea es seguir luchando para mejorar la vida de las personas con daño cerebral.