Somos un grupo de personas del Servicio de Salud Mental de ASPANIAS. A lo mejor ya nos conocen, alguna otra vez hemos estado presentes en este boletín con nuestra participación en exposiciones o en actividades de la ciudad.

Hoy, tan próximos al día internacional de la Salud Mental, nos hemos atrevido a ocupar este espacio de opinión para compartir algunas reflexiones sobre la ayuda que se presta a las personas que en algún momento de su vida sufren malestar psíquico. Hemos hecho un breve repaso de nuestras experiencias, entre todos somos conocedores directos de la historia reciente de los servicios de salud mental.

Algunos compañeros se pueden remontar 40 años atrás, otros 30 y otros más jóvenes mucho menos, claro. En general, no nos gusta recordar los tiempos de Oña y el Hospital Provincial de Burgos. Eran tiempos oscuros en el que el trato a las personas con problemas de salud mental no era adecuado. Las instalaciones eran definitivamente malas, más parecidas a una cárcel que a lugar para ayudarte. No son muchos los que han vivido estas situaciones, pero los más mayores todavía se acuerdan.

Por suerte, o por pura justicia, las cosas fueron cambiando y poco a poco se fue viendo menos agresividad y un poco más de mano izquierda en el trato. Hay más recuerdos más amables y recientes de Fuente Bermeja, y de otros hospitales de Palencia como San Telmo y San Juan de Dios. La tendencia hoy en día es mejorar la atención, se ven buenos ejemplos como el dialogo y toma de decisiones compartida para ajustar medicaciones. Aun así, algunas prácticas rudimentarias como las contenciones todavía se siguen utilizando por lo que pensamos que queda margen para mejorar las técnicas de intervención e impedir que esto se siga repitiendo.

Sobre las medicaciones también hemos apreciado avances, aunque aún queda por hacer, algunas parece que solo nos duermen. Por otro lado, que no se hable en exclusiva de medicación como tratamiento también es un avance. Lo que una persona necesita para recuperarse y salir adelante es mucho más. Tener algo que hacer, alguien con quién relacionarse, unas condiciones de vida adecuadas, y muchas cosas más que necesita cualquiera.

Se debe de investigar más en medicación y en otros tratamientos, tener más opciones de salida para no vivir demasiado tiempo en un hospital, poder elegir más (en servicios y en profesionales), y estar en lugares con un tamaño más acogedor.

Terminamos esta opinión con esperanza de más cambio y damos las gracias a los que se preocupan cada día de que estemos bien.