Como cantaba Sabina, nos sobran los motivos. Para ser directivo o directiva, lo que es más importante es sentirse comprometido, valorar el proyecto y querer defenderlo. Cuando yo comencé en esto, lo hice porque valoré lo que suponía para mi hija y para otros como ella tener cerca una asociación que funcionase bien.

Hay que ponerle ilusión y ganas pero creo que si tenemos cerca a nuestros familiares con capacidades diversas, eso nos lo contagian enseguida. Yo veo su evolución, veo como se preparan y son cada vez más capaces de defender sus derechos, de hablar con los medios de comunicación, de representar a la organización y aportar ideas para tener claro lo que hay que conseguir. Los grupos de Ciudadanía Activa me están demostrando que se puede. Ellos hoy en día son ejemplo, no les pidamos a ellos que se superen y desarrollen todas sus capacidades mientras nosotros nos acomplejamos con un “Yo no sé”, “No me veo”...

Somos organizaciones con experiencia, hay herramientas suficientes para aprender y que nos apoyen. Piensa que nadie nace enseñado, la experiencia del día a día y la voluntad hacen que puedas llegar a hacer cosas de las que a lo mejor nunca te veías capaz de llegar a ejecutar, y por qué no a conseguir. Y creo que cuando uno se involucra aprende, en una organización vives muchas experiencias que te hacen crecer. Hay momentos difíciles que se superan y también otro alegres por los proyectos conseguidos en los que te sientes genial. Se consiguen cosas, os lo garantizo.

También está el tema de lo saturados que vivimos todos “Estoy muy liado”. Pues bien, sepan que “Regalar tiempo logra más que regalar dinero”. Cuando uno está convencido de lo que quiere conseguir dedica su tiempo a las cosas en las que cree, las considera importantes. Es necesario sentir el compromiso. Si yo veo la necesidad de mi hija y de sus compañeros, tengo que hacer algo por apoyarles.

Preséntate como candidato o candidata para la Junta Directiva de tu asociación, ten iniciativa. Es un acto de valentía y generosidad.