Esta semana he empezado una nueva etapa en mi vida. Soy universitario. Sí, desde el pasado martes, el día 17 de octubre, puedo decir, como otras 14 personas con discapacidad intelectual de Burgos y su provincia, que somos universitarios. Estoy matriculado en la Universidad de Burgos y voy a cursar un Título de Experto Universitario en Técnicas y Apoyos para la Vida Independiente y la Inclusión Socio-laboral de jóvenes con Discapacidad Intelectual. ¡Menudo título!
El martes fue el primer día, el día de la inauguración. En el Salón de Actos de Educación, que estaba lleno, estábamos todos los nuevos alumnos, algunos de nuestros familiares, profesores, alumnos de otras titulaciones con las que compartiremos alguna clase, la decana de la Facultad de Educación, la vicerrectora de la universidad y los directores del curso, Raquel y José Luis.

El primer día fue fácil y corto. Pues después de la inauguración, subimos a clase para conocer dónde estaba y cómo era. Allí nos explicaron algunas cosas sobre el curso. Un curso que con las prácticas durará hasta el mes de mayo.

El miércoles, jueves y viernes, ya han sido clases de verdad. Aunque esta semana vamos poco a poco, pues también nos están enseñando cómo es la Universidad, dónde están las aulas y despachos, hemos ido a conocer otras facultades y departamentos, y también hemos asistido a unas jornadas donde participaban organizaciones sociales de Burgos para hablar de investigación. ¡Ah!, y ya nos dieron el material básico que vamos a utilizar durante el curso: carpeta, libreta, bolígrafo y pendrive.

Y claro, como estudiantes de la UBU, ya tenemos nuestro correo electrónico y nuestro espacio en la plataforma para estudiantes. Allí podemos ver los apuntes, los ejercicios y las tareas que nos manden hacer. Ya he subido mi primera práctica.

Coger el autobús con otros estudiantes y algunos compañeros, esperar un ratillo hasta el comienzo de las clases, ir a la cafetería, asistir a charlas con otros alumnos, compartir clase con el resto de mis compañeros y conocer gente nueva de mi edad, es toda una experiencia. Hasta el momentos todos muy majos y amables.

Y sí, siento que soy universitario; y de los de verdad.