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El cuidador y la cuidadora: el trabajo que no cesa |
El sector de la tecnología sanitaria en España acaba de presentar la Campaña de Apoyo al Cuidador “El valor del cuidador en el sistema sanitario”. Más allá de los objetivos que mueven a la campaña, y aunque muchos de los datos ofrecidos no nos resultan nuevos, sí interesa recordar algunos de ellos ofrecidos en el contexto de su presentación. La familia, y en especial las mujeres, sigue siendo el pilar principal del cuidado de personas dependientes en nuestro país en un 85% de los casos. El cuidador o cuidadora principal hace muchas tareas, dedica mucho tiempo y energía durante muchas horas seguidas, tiene que resolver situaciones complejas que los cuidados conllevan, y todo provoca un impacto físico y psicológico sobre su propia vida. Es decir, que las consecuencias del trabajo que realiza pueden llegar a ser tan importantes como que pueda llegar a enfermar. Una situación real y en muchos casos, silenciosa. De hecho, esta labor puede llegar a convertirse en exigencia o en fuente de frustración, y tener repercusiones en el deterioro de las relaciones sociales, el rendimiento laboral, los trastornos del sueño, la ansiedad, la depresión o el sentimiento de culpa. La expresión “Cuídate para poder cuidar” es una alerta que sigue activada desde hace mucho tiempo y que debe seguir sonando por mucho tiempo, para que no se cronifique (si no lo está ya) su situación. La perspectiva del progresivo envejecimiento de la población española, el aumento de los enfermos crónicos y dependientes que requieren una atención permanente, hace que la figura del cuidador cobre cada día más protagonismo a todos los niveles. |
Lectura Fácil La persona que se encarga del cuidado de otras personas que no pueden cuidarse solas se llama cuidador o cuidadora. |