Las mujeres con discapacidad intelectual son un grupo de población que puede y debe estar presente en todos los ámbitos de la vida, y debería tener más protagonismo en el Día Internacional de la Mujer. Haciendo gala de uno de los eslóganes coreados el 8 de marzo, “Sobran los motivos”. El primero de todos porque son mujeres, y es su Día también.

Y entre todos quienes -por razón de trabajo, familia, simpatía o voluntad propia- nos movemos en este sector deberíamos responder a la cuestión de a qué obedece el escaso (y puntual) protagonismo que tienen cada año en un su día, mucho menor aún en la escena pública. Invito también al movimiento feminista a reflexionar sobre ello.

¿No hay correa transmisora? ¿Se ha roto? ¿Hay que rearticularla? ¿Articularla por primera vez? ¿Pensar en femenino?

No creo que nadie en su sensatez y defensa de derechos quiera dejar de contar con estas mujeres y el valor personal y social que aportan al desarrollo de las organizaciones y de la sociedad en su conjunto. Entonces, ¿por qué no están más presentas, más allá de los manifiestos, actos puntuales y comunicados de sus organizaciones?

Expresarse públicamente, manifestarse en la calle en compañía de sus vecinas de ciudad, compartiendo con las demás ciudadanas y ciudadanos sus aspiraciones sociales, laborales y jurídicas, y reivindicando los derechos pendientes con su colectivo, es una forma muy sana de hacer ciudadanía. De estar en sociedad. De que la sociedad las escuche y respete su sitio.

El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y de la primera huelga feminista mundial, ha sido un hecho histórico, un ejemplo de unión y respuesta ciudadana mundial contra el empeño de dejar a la mujer fuera de sus derechos laborales, sociales, personales, familiares y jurídicos. Precisamente, la necesidad de una justicia democrática, real y efectiva para las mujeres con discapacidad ha sido el clamor contenido en el manifiesto de la Fundación Cermi Mujeres de este año.

Participar activamente de los actos públicos en el Día Internacional de la Mujer, es un derecho básico a expresarse libremente, en igualdad y ejerciendo la libertad de manifestación y opinión. Un Derecho al que igualmente tienen derecho las mujeres con discapacidad intelectual. Favorezcamos entonces que este derecho sea real y efectivo.