Se respiraba en el ambiente. Nadie decía nada, pero los ánimos ya estaban disparados. Los días anteriores iban pasando despacio, muy despacio. Hasta que por fin llegó. 22 de junio de 2018 (No se piensen que estoy escribiendo una novela de misterio, no). 22 de junio, viernes, día del comienzo de las vacaciones de verano y fin de curso. ¡Menuda diferencia con los días anteriores! Hoy sí que sí. ¡Por fin las vacaciones!

Un curso diferente este 2017-2018. Diferente porque hemos comenzado nuestra andadura con un Programa de Formación Profesional Básica, en el perfil de agro-jardinería y composiciones florales, con un número de alumnos/as matriculados que asciende a diecinueve, pero en dos cursos: primero con diez y segundo con nueve (esta es la novedad, dos cursos en funcionamiento, con sus profesores asignados, sus materias fijadas, sus horas estipuladas...).

Y las prácticas del programa. Todo un éxito. Los alumnos/as que han accedido a las mismas han dejado “el listón muy alto”, han cumplido con los objetivos marcados y, espero, este sea el comienzo para ellos de un futuro laboral no muy lejano.

¡Qué puedo decir del resto de los programas! Si tuviera que poner una nota, desde luego que no me lo pensaría. Sería un Sobresaliente. Un sobresaliente para los alumnos/as porque han sabido comportarse como unos campeones allá donde hemos ido; en muchas ocasiones han demostrado un civismo y un saber estar que no se nos ha pasado desapercibido a ninguno (compañeros, profesores, cuidadoras y familiares) y por el cual han sido felicitados; también han demostrado que el tan traído y llevado asunto de la inclusión lo tienen muy asumido y han sabido realizar actividades en entornos muy diferentes, colaborando con los alumnos/as y profesores del Colegio Campolara a través del Proyecto Huellas; con las personas de diferentes ámbitos y entornos que acudieron a las laderas del Castillo para plantar plantas aromáticas a través de la colaboración con la Asociación del Casco Histórico Alto de Burgos; con los estudiantes de la Universidad de Burgos de Magisterio o de Educación Social a través de las prácticas que han realizado en nuestro Centro; con los alumnos/as y profesores del IES Cardenal López de Mendoza a través del Mantenimiento Medioambiental de la Sierra de Atapuerca; con todos aquellos profesionales que han contribuido a que disfrutemos del teatro, de la música, de las exposiciones, de la lectura… a través del Instituto Municipal de Cultura, de la Fundación Caja de Burgos o de las Bibliotecas Públicas de Burgos. ¡Uf! ¡Son tantos y tan variados los entornos por los que nos hemos movido que tengo miedo de olvidarme de alguno y provocar un mal rato!

Un sobresaliente también para mis compañeros: profesores, orientadora, cuidadoras… Han demostrado que son unos profesionales “como la copa de un pino”, que están ahí para solucionar un problema o para echarte una mano cuando más la necesitas; que han sabido “exprimir” esas cabezas para sacar lo mejor de ellas; que formamos un equipo, permítame decirlo “cojonudo”.

Un sobresaliente también para las familias. Son las que día a día creen y confían en nosotros; comprueban como sus hijos/as van cambiando, son más felices, tiene capacidades que anteriormente estaban ocultan o no estaban. Las relaciones establecidas con las familias han sido muy cercanas, de colaboración mutua, recíproca.

También hemos tenido momentos malos, pero no olvidemos que de cualquier situación por muy mala que sea, nos sirve para reflexionar en conjunto, en equipo, consensuar las opiniones y buscar respuestas. Quiero destacar dos equipos que metodológicamente ejercen sus funciones de una forma operativa y eficaz. Son la Comisión de Coordinación Pedagógica (compuesta por los profesores, Director y Orientadora) y el Equipo de Seguimiento (formado por Orientadora, Director Centro Educativo, Coordinadores Itinerarios-Ocupacional, psicóloga y trabajadora social). Durante este curso, al igual que en los anteriores, hemos trabajado sobre aquellos asuntos que, desde el Centro Educativo, desde el Centro Itinerarios-Ocupacional y desde el Área de Residencia, necesitaban de una decisión conjunta y de una actuación consensuada por todos los componentes.

Y para terminar, poner en valor dos actividades que curso tras curso, venimos realizando de forma conjunta el Centro Educativo y el centro Itinerarios-Ocupacional: la Semana Cultural y la excursión Fin de Curso. Dos actividades que nos ponen un listón cada curso más alto, pero que superamos con creces gracias a la colaboración conjunta y al grado de satisfacción que nos emiten nuestros usuarios. A estas dos actividades debo añadir una más: la Asamblea. Actividad idónea para que todos y cada uno de los usuarios de Puentesaúco dispongan de un medio para exponer sus quejas, sus sugerencias o sus felicitaciones.

Bueno, no me queda más que decir que este verano sea un momento de descanso para todos y que nos ayude a “recargar las pilas” para el próximo curso.

Felices vacaciones y descansado verano para todos.