La vida siempre me sorprende, parece que las cosas ocurren porque si, pero al final todo tiene su sentido. Conocer a esta familia me ha permitido darme cuenta de ello, una vez más.

Cada etapa tiene unas experiencias y tenemos que vivirlas siempre como vienen. Timoteo y Pura un día se encontraron en el camino y formaron una familia. La vida les tenía preparada una gran prueba, un hijo muy especial, José Luis. Al principio se que no fue fácil, ellos me lo han contado. Uno siempre se imagina como será su hijo.

Cuando llega un ser tan especial hace que te lo replantees todo de nuevo y empiezas a vivir la vida de otra manera, sin expectativas, viviendo el momento, cumpliendo etapas. Para ello tienes que trabajar mucho, romper barreras, pelear contra quienes no quieren hacer las cosas fáciles y así fueron aprendiendo y Jose Luis creciendo.

Ese hijo que al inicio les dejo desconcertados, paso a ser la razón de sus vidas.

Timoteo y Pura cuidaron de su hijo todo el tiempo que pudieron, pero José Luis también tenía que aprender a vivir su vida y sus padres tenían que descansar y se fue a vivir a su segundo hogar,el centro que Aspanias tiene en Fuentecillas.

Allí no solo encontró otra familia si no que fue muy feliz y aprendió a vivir independientemente. Con “la Carbajal”, que dice él.

Timoteo y Pura participaron activamente de la vida de su hijo allí en Fuentecillas y no dejaron de ir a visitarle siempre que la salud de Timoteo se lo permitía, aun recuerdo como teniendo Timoteo los pies hinchados bajaba en zapatillas de casa desde Juan XXIII a verle.

La vida ha seguido su curso y Timoteo y Pura se han hecho mayores y ahora son ellos los que necesitan de algunos cuidados, mas Timoteo, Pura le sigue por amor allá donde vaya, a pesar de lo difícil que es para ella abandonar su casa, sus vecinos y su pueblo. Aunque en esta historia de vida, las sorpresas nunca acaban y la gran familia de Aspanias les facilita volver a reunirse, en una experiencia piloto en la que ellos viven en la Residencia Rio Arlanza de Salas de los Infantes y José Luis vive en el área rural con personas con discapacidad intelectual, en el mismo pueblo, de esta manera pueden verse siempre que quieren, y es maravilloso verles juntos.

Timoteo puede volver a disfrutar de dar paseos y empujar la silla de su hijo mientras Pura indica con cariño por donde hay que ir, a veces no faltan las discusiones como en todas las familias.

Después de muchos años sin poderse sentar todos juntos a la mesa el día de Navidad, este año ha sido posible y eso les ha llenado de felicidad, y para nosotros ha sido otro de los muchos motivos por lo que nos lleva a creer que esta experiencia merece la pena.

En este momento puedo decir que José Luis se ha adaptado a su nueva casa, que Timoteo ha mejorado su salud de forma considerable y estamos trabajando en que Pura se termine de adaptar a su nueva vida.

Me quedo con que siempre que termino mis conversaciones con Pura, me dice “que vamos a hacer hija”, lo importante es que

ESTAMOS JUNTOS OTRA VEZ