Los concursos son una modalidad de participación ciudadana que se remiten a los orígenes de los tiempos, me atrevo a pensar. No hay temporada del año que se les resista. La Navidad es una de ellas.

Como sabéis esta semana se han fallado los premios del concurso de tarjetas navideñas “Los Dinosaurios y la Navidad”. El jurado de este año está asombrado con el número, originalidad y simpatía de las tarjetas presentadas.

Difícil tarea, la de elegir tres tarjetas entre 210, y otorgar el primero, el segundo y el tercer premio (individual) y un primero (de grupo). Decisión que conlleva además la responsabilidad de que -al emitir su fallo- están eligiendo las tarjetas (1º y 2º premios) que serán este año (es parte del premio) las felicitaciones institucionales que la Fundación Dinosaurios de Castilla y León (“Los dinosauros saludan a la Navidad””, de Sheila Alcalde Peñalba) y la Fundación Aspanias Burgos (“Los tres dinosaurios magos”, de Gonzalo Olano Santamaría) enviarán esta por Navidad a todas las personas que les han acompañado a lo largo del año.

Los premiados ya lo saben y están muy contentos. Lástima que este año no hayan podido recoger su premio, y recibir también la ovación del público, durante el transcurso del Festival de Navidad de Aspanias, como venía siendo habitual desde hace tanto tiempo. Seguro que el próximo año, quienes ganen el concurso, podrán seguir recibiendo (como sus compañeros de ediciones anteriores) el merecido aplauso y felicitación en directo del público.

Gracias al jurado por colaborar con este interesante y novedoso concurso.

Gracias a todos los que habéis participado individualmente o en grupo.

Y GRACIAS, especialmente, a las personas de apoyo o de referencia, a los profesionales en definitiva de tantas organizaciones de la discapacidad intelectual y centros educativos de España que han animado y estimulado a los jóvenes -y no tan jóvenes- a dejar libre su vena artística, y soñar que una Navidad sin dinosaurios no es lo mismo.