Juntos somos más |
Hoy opina... Miguel Gómez Desarrollando que es gerundio | |
Permítanme una pequeña licencia, avisando eso sí, de antemano, que uno ya es lo suficientemente mayor como para no creer en las casualidades. De esta manera, y como les decía, si tal como afirmaba Aristóteles, la virtud está en el “justo término medio”, puede que no fuera pura casualidad que el tercer día laborable de cinco, es decir, el miércoles, cerca de medio centenar de personas, o sea, la mitad de cien, y en un lugar que, como Briviesca, localidad que como todo el mundo sabe está a mitad de camino de todas las partes, se dedicara toda una mañana a hablar de Desarrollo Rural, atención y apoyo a las personas, empleo y oportunidad. Y es que tal como allí se puso de manifiesto, para hacer Desarrollo Rural existen tres premisas básicas, o tres factores que de no producirse todos y cada uno de ellos, el producto de la operación siempre resultará cero. Vamos, que lo que pasará es que no se logrará nada de nada. Así, la primera premisa a tener muy presente es que, de casa se viene llorado. Y es que es muy recurrente que, ante una situación dura y difícil -y que cada vez lo es más-, quienes se reúnen para tratar de concebir soluciones queden varados en un mar de lágrimas. La segunda premisa para hacer Desarrollo Rural es que es necesario hacer una aproximación a los territorios desde el análisis de los datos, la investigación empírica y otros usos de las ciencias sociales y geográficas. Algo así como una suerte de aproximación que aún desde la distancia habrá de permitirnos, en base a evidencias y no a conjeturas, hacer unos primeros diagnósticos que, una vez completados desde lo más cercano y cualitativo, serán base sólida sobre la que luego construir. Pero claro, si tres eran las condiciones indispensables para hacer Desarrollo Rural, nada cobra sentido si no tenemos en cuenta la tercera. Y esta no es otro que, para hacer Desarrollo Rural hay que mancharse las botas. O dicho de otro modo, si a todo lo anterior no se suma presencia o acción en el territorio, nunca se logrará pasar del dicho al hecho, y con ello, poco o nada se logrará. Al tiempo, no perdamos nunca el propósito último de la acción, ya que lo que en el medio rural está verdaderamente en riesgo no es otra cosa que -ahí es nada-, todas las personas puedan empezar, desarrollar o concluir su proyecto de vida de manera plena, libre, con seguridad, igualdad y calidad donde deseen. Algo que, además de exigir la aplicación de nuevas y creativas miradas (o paradigmas), así como la decidida implicación de las administraciones públicas; solo se logrará a través de un fortalecimiento y el desarrollo integrado de las comunidades rurales donde las personas sean personas y no simples números. De ahí que, como hoy titulaba la columna, desarrollando que es gerundio. | |
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