Tiempos de elecciones. De conformación de programas políticos. De que cada partido se comprometa por escrito con la política social que defiende. De tomar nota de lo que dicen y escriben. De prestar atención a los cantos de sirena.

Como corolario a lo anterior, los partidos tendrán que decirnos qué entienden por política social. A qué áreas de la vida de las personas extienden la política social. A qué personas y colectivos afecta y qué personas y colectivos no contemplan entre sus prioridades. Qué lugar va a ocupar la política social en el mapa de acciones de gobierno. Qué porcentaje del presupuesto va a destinar a conseguirlo. Cómo van a blindar ese presupuesto. Qué y cómo va a ser la interlocución con las numerosas organizaciones que representan a los ciudadanos y ciudadanas cuya vida y aspiraciones aún necesitan muchos apoyos y recursos para salir adelante. Cómo la van a hacer transversal con las otras políticas.

En política social muchas veces nos da la impresión de que los partidos abogan por lo mismo. Pues si fuese as, habrá que confrontar son las acciones políticas realizadas. O leer la letra pequeña y descifrar ambigüedades. Porque lo social abarca tantos ampos y consideraciones. . .

Tiempos de reflexión. De exigencia intelectual.