Juntos somos más
Ejercitando el diálogo

Otra semana más. . .

Hoy, nuestra visión del Dialogo Social es más positiva e incluso cargada de razones para finalizar satisfactoriamente este largo proceso de trabajo. La mejora profesional, las oportunidades de desarrollo en el ámbito de nuestro Grupo están garantizadas y, por otra parte, el objetivo irrenunciable por la sostenibilidad de la organización está en el sustrato de este esfuerzo continuado, innovador y responsable que nos ocupa, desde hace mucho tiempo.

La convicción de que innovar es complejo pero estimulante, que tiene dificultades como todo lo que conlleva un cambio estructural profundo, está plenamente incorporado a la conciencia de la organización. Aún más, nadie, a estas alturas del proceso discute la oportunidad y la utilidad que representa un proyecto de este calado.

No queremos volver al principio, pero la intensidad del trabajo y el tiempo trascurrido han demostrado, ampliamente, la calidad y la necesidad de este Convenio Suprasectorial y Supraempresarial.

Como observadores de los últimos acontecimientos tenemos que decir que la apuesta, la plataforma última y definitiva presentada por nuestros Directivos, en la Mesa, tiene la calidad del compromiso estratégico acompañado de memoria económica de un costo importante para que se produzca, “sí o sí”, el acuerdo.

Una propuesta que, en una visualización global de las adaptaciones que ha experimentado y del enriquecimiento que ha incorporado, es una alternativa motivadora, valiente y por qué no decirlo, respetuosa con el buen hacer profesional. Este es, sin duda, el fundamento y la justificación de los elementos cualitativos y cuantitativos que configuran el documento presentado en la Mesa de Negociación por nuestros Directivos el pasado día 12 de abril. Se adivina la misma, con ribetes de definitiva.

Deseamos a nuestros lectores que este fin de semana “voten bien” y también alentamos que el próximo día 10 de mayo (nueva convocatoria de Mesa) la suerte, la responsabilidad y el buen hacer nos acompañen.

Sean felices. . .

José María Ibáñez