Este domingo celebramos el tradicional y entrañable Día de La Madre, una jornada en la que aprovechamos para hacer un homenaje especial a esa persona tan importante en nuestras vidas, se mezclan religión, tradición y marketing en la misma fecha. La figura materna es una parte muy significativa para todos los que llegamos a este mundo, y quienes tenemos la suerte de tenerla a nuestro lado, podemos hacer que este día sea toda una celebración y reconocimiento a quien nos dio la vida.

Esta bonita costumbre no es algo nuevo de nuestros días, ya en época del antiguo Egipto se realizaban ceremonias específicas para dar las gracias a Isis la “Gran Diosa Madre”. La civilización griega también celebraba este día homenajeando a su diosa Rhea y los romanos por su parte adquirieron esta costumbre realizando ritos de hasta 3 días en honor a la diosa Hilaria en el templo de Cibeles (Roma) en los que realizaban todo tipo de ofrendas, se celebraba cada 15 de marzo.

Una vez se instauró el catolicismo, esta fiesta pasó a homenajear a la Virgen María, y se solía celebrar el cuarto domingo de Pascua. El papa Pio IX lo modificó para adorar a la Inmaculada Concepción.

En otras partes del mundo también se dedica un día en agradecimiento a la figura materna, aunque las fechas van variando según zonas; en China por ejemplo, se festeja el segundo domingo de mayo y es costumbre comprar claveles a las mamás, en Tailandia es el 12 de agosto y el detalle son flores de jazmín. En Argentina es el tercer domingo del mes de octubre y es típico que las familias se reúnan para cocinar un asado y comerlo juntos. Cada país y cada cultura tiene sus costumbres propias para la celebración de este día.

Para nosotros, las semanas previas al Día de la Madre convierten a los medios de nuestro entorno en un aluvión de ofertas especiales para regalar y anuncios de perfumes a todas horas, sin embargo, no debemos olvidar el verdadero sentido que tiene esta jornada; homenajear a nuestras madres y agradecerles todo lo que han hecho por nosotros durante tantos años, empezando por darnos la vida. Como bien reza el dicho: “madre no hay mas que una” y es que nadie puede entendernos mejor que quien nos ha visto nacer y nos ha acompañado durante toda nuestra vida.

Para darles una sorpresa en su día se puede optar por todo tipo de ideas, desde un detalle comprado y elegido especialmente para ellas, pasando por manualidades creadas con amor o llevarlas a hacer alguna actividad especial. Cualquier detalle que se os ocurra, seguro que es bien recibido. No perdáis esta oportunidad de hacer un poquito más felices a vuestras madres, no hace falta gastar dinero, lo que cuenta es el detalle y transmitirles nuestro agradecimiento por haber estado junto a nosotros desde el primer segundo de nuestra existencia.