El pasado domingo 28 de abril acudí a votar después de muchos años sin poder hacerlo. Sé que no podía hacerlo porque así lo decidió un juez. Pero ahora la ley ha cambiado y todas las personas con discapacidad tenemos los mismos derechos y en este tema somos igual al resto.

El domingo fui a votar con mi madre y mi hermano. Como soy muy organizada, ya llevaba mi voto preparado desde casa. Llegué al colegio con mis dos sobres, la tarjeta censal y mi DNI. Mi madre me ayudó para saber a qué mesa tenía que acudir y en qué urna meter cada sobre, también me enseñó donde estaba la mesa con las papeletas y las cabinas para que el voto sea secreto. Las personas que estaban en la mesa fueron muy amables conmigo ¡incluso conocía a una de ellas porque es vecino mío y le veo de vez en cuando!

Estaba tan contenta por haber podido votar después de tantos años que cuando salí del colegio electoral me crucé con mi padre y le abracé diciendo “¡Papá, ya he votado!”. Él se puso muy contento y se alegró por mí. Para terminar la celebración nos fuimos todos juntos a tomar algo a un bar cercano.

En mayo, hay otra vez elecciones y volveré a acudir para votar, pero no lo haré sola porque creo que es muy difícil (sobre todo si no has votado nunca) saber donde tienes que acudir, donde están las papeletas, la mesa electoral… Me gustaría que fuese más sencillo para las próximas elecciones que cualquier persona pueda acudir y sepa lo que tiene que hacer.

Para preparar el voto me leí la propaganda electoral que mandaron a casa para saber a qué partido dar mi apoyo. La verdad, que había cosas que entendía, pero otras muchas no, sobre todo cuando las cartas se escriben con letra pequeña. Quiero pedir a todos los partidos políticos que escriban sus programas en lectura fácil, para que todas las personas podamos entender lo que nos quieren contar.