Este es mi cuarto año acudiendo al Camino De Santiago con Internacional SOS.

El primer año fue una experiencia increíble, de las que enganchan, nunca había hecho el Camino De Santiago, y lo que más me invitó a repetir fue toda la gente maravillosa a la que conocí, con la que me he ido reencontrando año tras año... estar con ellos me transmite alegría, paz, me hacen encontrarme muy muy a gusto, sentirme parte de esta pequeña familia que formamos caminando juntos con destino Santiago.

El cansancio se va incrementando día tras día, pero aún así no es impedimento para seguir caminando juntos. Las rutas mañaneras, dan pie a muchas conversaciones que te ayudan a conocer un poquito más a la gente y darte a conocer, descubrir distintas realidades, en mi caso me trasladan a mi mundo de antes y es una de las cosas que lo hacen aún más especial.

Este año, ni me acordaba que era el décimo aniversario de esta preciosa experiencia... que quien nos lo iba a decir ¡Lleva ya diez años en marcha!

Por ello, tuvimos muchas sorpresas, vino mucha gente nueva y la llegada a Santiago fue increíble, acabamos todos llorando abrazados, cantando en la que era nuestra meta.

Si me tuviese que quedar con algo del camino, sin duda, sería la gente, las conversaciones, lo que transmiten, lo que nos hacen sentir... ir a Santiago es una excusa, reencontrarnos año tras año es lo que verdaderamente nos mueve a cargarnos una mochila a la espalda y recorrer una media de 17km haga sol, llueva o esté nublado, y todo sin perder un ápice de alegría.

Mentiría si dijese que no me gustaría volver al año que viene, ¡¡¡Yo lo que quiero es volver todos los años que nos quedan por delante!!!