Un parto un poco diferente.

Los periodos de gestación del mundo animal son muy diversos y diferentes, los hay desde los 13 días de la zarigüeya hasta los 24 meses del elefante. Pero, en el caso de la tecnología, no tenía ni idea. Ahora sí, 13 meses de gestación para el nacimiento de una herramienta para la formación, o como nos gusta decir, 13 meses hasta el nacimiento de nuestra “criatura”: un simulador que, haciendo uso de la realidad virtual, permitirá que las personas con discapacidad intelectual puedan prepararse para ser operadores de carretillas retráctiles. Ahí es nada, y el futuro de ellos.

Pero hasta llegar al momento del alumbramiento y de su presentación en sociedad, son muchos los pasos que hemos tenido que dar. Y en todos, ha habido protagonistas singulares y plurales de Aspanias. Así, hubo personas que idearon, otras planificaron, buscaron financiación, hicieron el encargo, fijaron requisitos y comportamientos deseados, acompañaron, probaron y testaron, establecieron mejoras y cambios y… en definitiva, un proyecto de muchas personas y un gran equipo. Un equipo en el que ha participado gente estupenda y muy profesional, como también lo han sido quienes forman parte del equipo de realidad virtual del ITCL. ¡Chapó por ellos también!

El cacharro, la carretilla o la herramienta tecnológica de primer nivel, como ha sido bautizada, es y será siempre para muchos de nosotros, nuestra “criatura”. La cual, sabemos que va a sufrir, pues muchos serán los alumnos y alumnas que sitúen sus posaderas en su asiento, ya que desde la próxima semana será uno de los recursos que se utilicen en las formaciones; pero también sabemos que la “criatura” va a disfrutar y sentirse muy útil, pues ayudará a que no pocos alumnos y alumnas con discapacidad intelectual puedan mejorar sus aprendizajes de una manera divertida, con menor esfuerzo y sin correr ningún riesgo.

Para concluir, os haré una confidencia, y es que, en lo personal, participar en todos los procesos del proyecto ha sido una gran satisfacción. Pues lo que empezó siendo un proyecto de organización, ha acabado siendo un proyecto de mi vida. Y es que no os voy a mentir, la “criatura” tiene algo de mí, y eso como padre, emociona.

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