Juntos somos más |
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Hoy opina... Miguel Gómez | |
La Responsabilidad Social | |
Es habitual escuchar en los medios de comunicación, en nuestro entorno, en la empresa donde trabajamos o en nuestra asociación, hablar sobre Responsabilidad Social. Un concepto que frecuentemente ocupa titulares y grandes discursos pero que no siempre es fácil de comprender en todas sus dimensiones. Para ello, e intentando que nadie se nos duerma, a través de las siguientes líneas, vamos a tratar de explicar qué puede ser eso de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Debemos partir de la premisa de que todas las personas, por el mero hecho de vivir en comunidad, tenemos una responsabilidad -o diferentes responsabilidades-, tanto con quienes tenemos más cerca como con las personas que, incluso estando más lejos, se ven también afectadas por lo que hacemos o dejamos de hacer, incluidas aquellas que habitarán el planeta en el futuro. Además de la responsabilidad personal o individual, también existe una colectiva. Una responsabilidad propia de las organizaciones y que es independiente a la fórmula jurídica y organizativa que estas tengan, ya sea de administración pública, empresa u ONG. Dependiendo del grado de responsabilidad que desarrolle cada una, podrá decirse que es organización es más o menos responsable, tiene mejor reputación o que su valor de marca es mayor. En el caso de las empresas, que hoy es lo que nos ocupa, a buen seguro nos preguntaremos cómo es o llega a ser una organización responsable. Para ello, es importante comprender que sólo podremos catalogar a una empresa como tal cuando lo que haga supere las exigencias legales o sus obligaciones económicas y con los trabajadores. Una empresa es responsable cuando tiene un comportamiento ético con todos sus grupos de interés, les escucha y atiende, al tiempo que contribuye con su acción a mejorar su entorno social y medioambiental. La empresa responsable es la que se preocupa y compromete con su plantilla, con sus clientes, con sus proveedores y con su comunidad. La que cumple expectativas, tiene comportamientos socialmente deseados y planifica estrategias para alcanzar resultados más allá de los económicos. Dicho de otro modo, busca generar un valor compartido con quienes intervienen en su hacer empresarial e impactar positivamente en las personas y el entorno donde opera. Asimismo, y ya para ir acabando, diremos que la empresa responsable es la que escucha y cumple las expectativas de sus trabajadores, de sus clientes y del conjunto de la sociedad, al tiempo que hace suyos sus retos y se atreve a aportar para a su resolución. Y ahí es dónde organizaciones como las nuestras, como Aspanias, Aspodemi y Asamimer, pueden y deben jugar un nuevo rol que ayude a las empresas a desarrollar prácticas éticas y responsables con sus plantillas, con sus clientes, con las personas con capacidades diversas, con personas en riesgo de exclusión social y con el medio ambiente. Todo ello será noticia en próximas fechas. | |
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